
Franklin estaba interesado en los fenómenos naturales. Creía, por ejemplo, que las nubes estaban cargadas de electricidad y que los rayos eran manifestaciones de este tipo de energia.
Para probar su teoría, ató una llave a una cometa y la hizo volar en plena tormenta. Así comprobó que, en efecto, recibía electricidad a través del alambre. Con tan peligroso experimento, Benjamin Franklin pudo haberse electrocutado.
Franklin tubo una idea después de esta arriesgada experiencia. Colocó en lugares altos unas varillas resistentes al calor y las conectó a la tierra. Estos alambres podían atraer la electricidad de los rayos y evitar así los daños que causaban. Acababa de inventar el pararrayos.
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